Las neuroimágenes son técnicas que se utilizan para visualizar y examinar el cerebro y el sistema nervioso central. Estas imágenes se utilizan para ayudar a detectar y diagnosticar enfermedades y trastornos neurológicos, y para evaluar el estado y la función del cerebro y el sistema nervioso.

Hay varios tipos de neuroimágenes, cada uno con sus propios objetivos y limitaciones. Algunos de los tipos más comunes de neuroimágenes incluyen:

  • Tomografía por emisión de positrones (PET): proporciona imágenes detalladas de la actividad celular y metabólica en el cerebro.
  • Resonancia magnética (MRI): proporciona imágenes detalladas del cerebro y los tejidos blandos alrededor.
  • Tomografía por emisión de monoxido de carbono (CE-TAC): permite la visualización de la sangre y los flujos sanguíneos en el cerebro y en otros órganos.
  • Tomografía axial computarizada (TAC): proporciona imágenes detalladas de la estructura ósea y los tejidos blandos, incluido el cerebro.
  • Electroencefalografía (EEG): registra la actividad eléctrica del cerebro para evaluar la función cerebral y ayudar a diagnosticar trastornos del cerebro, como las convulsiones.

Es importante tener en cuenta que cada técnica de neuroimagen tiene sus propios límites y posibles desventajas, como la exposición a la radiación en algunos tipos de imágenes. Por lo tanto, es importante hablar con su médico para determinar qué tipo de neuroimagen es la más adecuada para sus necesidades y para obtener una interpretación precisa y confiable de los resultados.